Se trata de una higienización, exfoliación, hidratación e inmersión de los pies en agua tibia durante algunos minutos, con la finalidad de aliviar los dolores y promover bienestar. La higienización es hecha por un astringente que elimina las bacterias causantes de olores, el exfoliante hace una limpieza profunda, restaurando y desintoxicando y, para finalizar, el hidratante protege sus pies de futuras grietas, resecamiento y deja la textura de los pies suave.